Mis largos periodos de silencio.

Puedo pasar mucho tiempo sin hablar con nadie si no es estrictamente necesario. 

En casa, puedo pasar un fin de semana sin necesidad de hablar con nadie, ni siquiera con los que tengo al lado, con mi marido y con mi hija. 

Permanezco callada porque, simplemente, no tengo nada interesante que decir. En ocasiones y desde hace algún tiempo, me obligo a hacer algún comentario trivial de vez en cuando pero no me sale espontáneo... también lo tengo que pensar. Incluso con mi familia y estando en mi "Zona de Confort" tengo que pensar lo que tengo que decir. Menos mal que ya me conocen y no me lo reprochan.

Cuando paseo con mi marido puedo caminar con él cogidos de la mano sin necesidad de hablar. Cuando viajamos en coche yo no digo nada, ni siquiera, en los trayectos largos. En esos momentos mi mente come terreno y me ensimismo en mis pensamientos e imaginación. De vez en cuando, me obligo a hacer algún comentario trivial sobre el paisaje, sobre la música del reproductor del coche, sobre alguna noticia si escuchamos la radio. Son pequeñas interrupciones de mi hilo mental, pero son eso.. "interrupciones", pequeños "intermedios obligados" por deferencia al otro.

Estoy callada, no digo nada... pero en mi mente no paro de "hablar conmigo misma"... ¡¡no¡¡¡, ¡¡no me malintepretéis¡¡¡ no es que tenga doble personalidad o algo así... ¡¡¡nooo¡¡¡. Es que tengo soliloquios constantes con mi mismidad... Mi mente está pensando todo el tiempo y tiene conversaciones interesantes conmigo. 

Mis silencios son intensos. En mis silencios, mi mente se llena de pensamientos, ideas interesantes con las que me enredo. En mis silencios, todavía sigo ensimismándome en mi imaginación. En mi imaginación soy la protagonista de mis sueños, soy querida, consigo todos mis objetivos y me siento importante.