viernes, 12 de agosto de 2016

Mis enfados son intensos, intensos, intensos



La mayoría de las veces mis enfados son callados, pero intensos... tan intensos que siento una ira interna incontrolable que hace daño, mucho daño. En esos momentos, no te acerques por que me puede aumentar la ira... y puedo explosionar. 

Los enfados son duraderos, a modo de bucle infinito que vivo con intensidad, con una sensación de rabia, de ira interna a modo de ciclón. Aunque por fuera pueda parecer calmada (más bien, "ausente"), en mi cabeza hay un volcán a punto de explotar. 

Y... cualquier cosa puede hacerme explotar: una mirada seria en un momento que considero inoportuno, una opinión diferente a la mía, una broma reiterativa, una insistencia, una sugerencia, una crítica.... 

Desde hace a penas unos años empiezo a controlar mis explosiones internas "pensándolas" e intento "trivializarlas", pero, a veces la racionalidad no me sirve para nada y explosiono... aunque tú no lo estés viendo.

En esos momentos:

"Déjame un rato largo, muy, muy largo hasta que se me pase.. Hasta que pase solo. Necesito tiempo, mucho tiempo..."

Hoy me enfadé con mi marido y desde esta mañana -han pasado unas 8 horas- todavía no me he acercado a él. No puedo hablarle, no puedo mirarle.. Si a caso, después de 6 horas sólo puedo responder con monosílabos a sus acercamientos, pero todavía no puedo mirarle.. Me acaba de traer un café (el "café de la reconciliación")... pero yo, todavía, no puedo mirarle..

¿Por qué me he enfadado? Sé que la causa, desde la racionalidad, puede resultar una nimiedad pero no puedo controlar la intensidad de la emoción del enfado. Enfado que desencadena en ira al instante y que degenera en un bucle  interno duradero. Solo puedo dejar que vaya mitigando por si solo ... "a su ritmo". Tengo que dejarme llevar por la emoción intensa como si estuviera dentro de una ola... hasta llegar a la orilla.

Os cuento... quería colocar una bolsa con basura en otra más grande y él, mirándome, me ha dicho cómo lo podía hacer. El caso es que yo no le he pedido consejo y, desde mi forma de entender la situación, no lo estaba haciendo mal. Solo lo estaba haciendo "a mí manera". De hecho, ¡¡¡¡no ha pasado nada¡¡¡. Lo he hecho sola sin producir ninguna catástrofe. De forma brusca y con tono duro le he dicho que me dejara... "que me dejara hacerlo a mí manera, que me dejara equivocarme". Yo me he sentido observada, evaluada y examinada, cosa que me exaspera, aunque tal vez no haya sido su intención. He sentido su, tal vez, "sugerencia" como una crítica y me ha hecho sentir como una "inútil". Seguramente, pensándolo en frío, no ha sido su intención y yo he exagerado, pero es lo que yo he sentido. 

El caso es que estábamos a punto de salir a dar un paseo, pero mi enfado era demasiado intenso en ese momento y, al final, nos hemos quedado en casa. Yo me he ido a la otra parte de la casa a intentar calmarme.... Sigo en ello.

¿Magnifico? tal vez... y lo sé, pero racionalizarlo no hace disminuir la intensidad de la emoción, de la emoción de enfado-ira eterna. Solo puedo esperar a que pase.


1 comentario:

  1. Gracias por contarnos tus vivencias...me ayudas a entender a mi hija.Ojala ya se te haya pasado. Un fuerte abrazo

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