La Navidad hoy y ayer

La Navidad es una fecha entrañable para muchas personas, pero yo no consigo disfrutar de ella como lo hacen los demás. Siempre me han parecido unas fiestas "hipócritas" en las que tienes que hacer regalos "porque debe de ser así", en la que tienes que reunirte con gente "porque debe de ser así". 

Me cuesta seguir el ritmo de las bromas, conversaciones vacías, los gritos de la gente, pero ellos parecen pasárselo bien. Cada año me sugestiono para intentar pasarlo lo mejor posible y seguir el ritmo de los demás, pero muy pocas veces lo consigo. Empiezo bien, pero me cuesta meterme en el "barullo social" en la  cháchara vacía y poco a poco me voy desgastando como unas pilas. Alguna vez he fingido tener dolor de cabeza y me he acostado, pero no siempre he encontrado una buena excusa y he tenido que aguantar ese "cargante barullo social". Miro las horas y cuento el tiempo que falta para marchar, pero es curioso...¡¡el tiempo se me hace lento, lento, muy lento¡¡¡

Lo peor que llevo son las preguntas insidiosas y las ironías de la entrañable "familia política". ¿Por qué ese placer en hacer daño, en deleitarse con tus debilidades?. En esas situaciones me quedo bloqueada sin saber como responder y es cuando el enfado y la ira contenida me persiguen por días. 

Pero no siempre ha sido así. Me vienen algunos recuerdos de mi infancia que huelen a dulce y serenidad, cuando todo era genuino. Todas las navidades mi padre se levantaba temprano para hacernos dulces caseros. Recuerdo el olor a dulces recién hechos que impregnaba la casa a aroma de navidad. No nos hacíamos regalos.. ¿para qué? ¿es que el afecto se tiene que demostrar solo un día al año?.

No eran habituales los regalos, pero recuerdo que casi siempre me regalaban lápices de colores. Me encantaba ver los lápices nuevos todos bien puestecitos, en armonía, en el estuche. Todavía siento el olor a lápices nuevos que daba respeto utilizar... ¡¡¡era tan bonito ver el arcoiris!!!!

... Recuerdos de cuando la navidad era simple, genuina, tranquila y de verdad...

¡¡¡¡Como echo de menos el olor dulce de la navidad¡¡¡¡