sábado, 28 de enero de 2017

Cansancio Vital



Soy "altamente funcional"; es decir, soy demasiado consciente de la realidad. Desde muy pequeña he sido consciente de mi realidad, de mi vulnerabilidad. Siempre pensé que iba a ser una persona dependiente y siempre tuve el temor de acabar sola como un indigente, como un mendigo. Esa ha sido una imagen que siempre me ha perseguido. Tal vez, por eso, decidí que tenía que ser lo más independiente posible. No sabía qué podía hacer, pero encontré un objetivo en la vida que me parecía que me podía guiar: Estudiar. 
Estudiar y estar en el sistema académico me proporcionaba cierta seguridad: después del instituto, estaría la universidad (5 años que tendría ocupados), después podría hacer un máster o un doctorado... después... El propósito era seguir en la rueda académica para evitar la "nada".
Pensar en trabajar me creaba una angustia terrible. Un día, mi padre me recomendó a una conocida suya para que le ayudara como dependienta. Yo tendría unos 16, 17 años... Me sentí perdida en el limbo. No sabía qué hacer (nadie me especificó y esperaban que yo por intuición supiera que tenía que hacer). No sabía cómo acercarme a la gente, qué decirles.. El bloqueo fue infinito y cuando me bloqueo en situaciones similares siento una especie de fiebre intensa que me paraliza. Naturalmente, lo dejé. Sé que decepcioné a mi padre. Era frecuente escuchar de su boca: "sois unos mierdas" dirigiéndose a mi hermano y a mí. 
Realmente, me sentí como una "mierda". 
(Paréntesis: No me gusta utilizar palabras soeces, pero era lo que realmente mi padre nos decía cuando estallaba).
Me venía a la mente mi futuro siendo una indigente. Siempre tuve ese temor. A día de hoy lo sigo teniendo.
Para evitar convertirme en una indigente, he hecho esfuerzos por ser independiente ("funcional"). Y, si.. terminé la licenciatura, después inicié el doctorado... No sin angustia por el camino, pero lo logré. 
He conseguido tener un trabajo, mi trabajo gracias al apoyo de mi marido que me orienta, planifica y ayuda constantemente. Trabajo para mí porque no puedo trabajar para otros. Aún así, la angustia porque todo funcione me lleva a tener cefaleas constantes. Salir de casa me crea angustia. En el trayecto  de casa al trabajo me dan palpitaciones, mareos. A veces he tenido que parar a mitad del camino y ventilar. No me da miedo la gente, simplemente me colapsa ver gente, y me angustian los posibles imprevistos. 
Mi marido me dice que "duermo mucho", que cuando llego a casa me apalanco en el sofá y me quedo dormida. Muy pocas veces acabo de ver alguna película juntos... y los fines de semana me cuesta salir de casa. Solo quiero dormir, dormir, dormir...
Debido a mis cefaleas continuas y mi apariencia de debilidad mi médico me mandó al psiquiatra pensado que podía deberse a una distimia. El psiquiatra me dijo que tenía el Síndrome del Cansancio Crónico. No se si es eso, pero creo que voy entendiendo mis cefaleas:  son debidas a la tensión por tener que concentrarme en situaciones sociales y por la tensión de tener que aguantar el no poder disfrutar de mi "mismidad".
Es curioso, pero las cefaleas mitigan cuando llego a casa y: o dejo mi mente en "stand by" o la "implico en mis intereses"...Dormir es el mejor reconstituyente.
Las cefaleas son debidas a mi Cansancio Vital.. por tener que vivir y ser "altamente funcional".
En estos momentos, estoy verdaderamente agotada y me pregunto: ¿ha valido la pena? Por un lado, he conseguido no ser una indigente y eso me alivia, pero por otro lado, no se si podré seguir viviendo con este nivel de alerta vital constante... Temo que un día mi mente estalle y se pase al "lado oscuro". Hago esfuerzos para que eso no pase y me busco proyectos interesantes en los que me pueda implicar.. Si no tuviera una mente intensa a la que le gusta pensar, descubrir, sentir... Mi vida seria una mierda, como bien me hacía recordar mi propio padre.
En búsqueda del equilibrio mental... He ahí la cuestión.

2 comentarios:

  1. Oh....vayaaa...parezco yo misma!
    Me ha encantado cómo escribes.
    Buscarè a ver si hay más

    ResponderEliminar
  2. Esto me recuerda tanto a mi, tengo 25 años y llevo asi unos 15 ... tb mi padre me repetia palabras de esas!! Este cansancio vital, no se lo deseo ni a mi peor enemigo, es estar muerto en vida.

    ResponderEliminar