En mi caso, me atrevo a decir que mis dificultades de "conexión social" son "ejecutivos", no tanto sensoriales. Un ambiente abrumador me puede agotar, pero incluso en un ambiente controlado sensorialmente, con poca gente a la que, además, adoro me voy colapsando, me voy apagando poco a poco. Resulta difícil de explicar, es como si me invadiera el sueño.
Para mantenerme y seguir el hilo de las conversaciones triviales he generado un "algoritmo mental para llevar conversaciones". Así, por ejemplo, si mi suegra me dice que se le ha roto la lavadora, yo pienso: "lavadoras, lavadoras... piensa en una pregunta o comentario sobre lavadoras". Mientras ella habla, preparo mentalmente la siguiente pregunta o comentario sobre lavadoras y así, puedo salir de paso. Me cuesta más llevar conversaciones en situaciones grupales y cuando hablan de temas que desconozco. Se que la gente suele hablar por hablar y dicen trivialidades, pero es que a mí no se me ocurren las trivialidades. Mi cerebro no genera trivialidades... ¡¡¡no se como se hace eso!!!
En mi caso, en estos momentos, mis problemas de conexión social son por un déficit en la "iniciación ejecutiva" pues mi cerebro no genera esquemas socio-comunicativos ajustados al contexto de forma ágil. Tengo que pensar qué decir, incluso con conocidos. Ese procesamiento lento repercute en mi cansancio social y en la motivación. Como no disfruto, no me queda en la memoria una sensación placentera que me motive a volver a repetir el encuentro social.
Luego está el tema del aburrimiento ya que por mis intereses restringidos, las conversaciones triviales me suelen aburrir. Ahora lo entiendo así, pues hasta no hace mucho pensaba que la boba, aburrida y sosa era yo y me martirizaba por ello. Hago intentos por simular interés, pero me voy agotando. Es entonces cuando miro y sonrío haciendo ver que lo que se me dice me interesa, pero no es así.
De pequeña tenía un problema de comprensión social más grave que ahora. Tengo la impresión como si me hubiesen abducido unos marcianos. Como una aducida que intenta comprender los patrones y normas sociales me he ido manejando. Me ha costado menos seguir las normas evidentes que se repetían de forma cotidiana: como estar sentada en clase, hacer las tareas, etc., pero me ha costado mucho seguir las reglas sociales que resultaban difusas para mí; por ejemplo, nunca se me ocurrió acercarme a un grupo de niños y pedir jugar con ellos. Tampoco se me ocurrió llevar un juguete para invitarles jugar... Simplemente, no se me ocurrían esas cosas. No comprendía como funcionaba la gente, sobre todo, los niños (ella y ellos).
Mis problemas de comprensión social repercutían, obviamente, en mi ejecución social: No sabía qué tenía que hacer, por lo que no hacía lo que se suponía que tenía que hacer.
Recuerdo una experiencia muy ejemplificativa al respecto. Cuando tenía unos 13 años, una tía mía decidió invitarme a unas vacaciones a su casa durante un mes. Nunca había salido de casa sola tanto tiempo y no conocía a mi tía (una historia un poco larga). Me imagino que mi tía estaba ilusionada por compartir un tiempo con su sobrina -o sea yo, la hija de su hermana fallecida-. Cuando llegué a la casa de mis tíos me paralice, tal cual. No sabía lo que tenía que hacer: NADA de NADA. A qué hora tendría que levantarme, cuando y qué desayunar, qué hacer durante todo el día. Por entonces, no tenía recursos personales para simular simpatía, así que pasaba todo el día callada, sin decir nada, sentada en una silla en el balcón, a expensas de lo que ellos decidieran. Así que pasé el mes como un mueble más en aquella casa. Mi actitud fue considerada de niña boba y torpe. Claramente les decepcioné. Recuerdo, incluso, como mis tíos se enfadaron delante de mí reprochándose el haberme invitado. Transcurrido el tiempo en casa de mis tíos, regresé a casa y nunca más los volví a ver ni a saber de ellos.
Mis dificultades de comprensión social han perdurado en el tiempo. Recuerdo cuando con 20 años casi dejo a quien es ahora mi marido porque me invitó a salir un fin de semana. Me lo propuso con pocos días de antelación con lo cual yo no pude hacerme a la idea. La cuestión es que desde mi punto de vista él era un egoísta, que solo pensaba en sí mismo (su deseo de querer salir el fin de semana). Yo lo viví e interpreté como una imposición. No entendía como él no era capaz de ponerse en mi lugar e interpretar mis necesidades (no querer ir). Matizar que, además, yo no era capaz de expresar mis estados internos. Yo, por entonces, esperaba que los demás "leyeran mi mente" e interpretaran mis intenciones, necesidades sin yo decir nada. Mientras, yo era incapaz de interpretar las intenciones de los demás. Entonces, no entendí que me invitó y planificó el fin de semana porque yo era alguien importante para él. Ahora entiendo que si yo no hubiese sido alguien importante para él, no hubiese planificado una salida de fin de semana. Deciros que lo pasé fatal. El imprevisto me enfadó de forma exagerada porque eso me obligaba a "ser social y simpática" durante demasiado tiempo seguido. Eso lo entiendo ahora. Antes solo sentía enfado hacía él.
Mis dificultades de comprensión social, perduran, aunque intento analizar el contexto lo más que puedo para no cometer errores y para no malinterpretar intenciones. Como ya he comentado en otra entrada del blog, hace solo un par de años que aprendí a diferenciar las bromas de las burlas de forma cognitiva, preguntando.
Yo creo que mis dificultades de conexión social se han debido y se deben a un problema de comprensión y ejecución social. En estos momentos, mis capacidades de comprensión social han mejorado, pero no las de ejecución social. Tengo una "ejecución lenta y pensada".
Como no me gusta cometer "errores sociales", pues me hacen sentir muy, muy mal, tiendo a ser muy precabida y suelo pensar antes de hablar o actuar.. El problema está cuando no lo hago... entonces es cuando cometo mis "Aspercagadas".
Si me conocierais veríais en mi una persona "muy correcta", educada, amable, pero no veríais el esfuerzo mental "invisible" por serlo....
Ahora comprendo mejor la teoría, pero no me manejo bien en la práctica.
Como no me gusta cometer "errores sociales", pues me hacen sentir muy, muy mal, tiendo a ser muy precabida y suelo pensar antes de hablar o actuar.. El problema está cuando no lo hago... entonces es cuando cometo mis "Aspercagadas".
Si me conocierais veríais en mi una persona "muy correcta", educada, amable, pero no veríais el esfuerzo mental "invisible" por serlo....
Gracias por compartir tus experiencias con los demás!.Me están ayudando a quererme un poco más y a no culpabilizarme tanto. Me siento tan identificada...
ResponderEliminarGenial¡¡¡¡ muchas gracias por seguir el blog :-)
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