Tenía mi pasado encerrado con mil llaves en la memoria, tal vez, para camuflar o ocultar, o olvidar el dolor de aquella infancia triste (y adolescencia y juventud y adultez ...)
Tengo que decir que nadie me hizo daño a propósito. De hecho, era una niña aceptada y por ser poco peligrosa nunca me metí en ningún conflicto. La verdad es que quitando el acoso recibido en el instituto por algunos chicos estúpidos, las personas no se han metido conmigo para hacerme daño a propósito. Incluso, mis primeros novietes, que yo acababa dejando pues no sabía "qué hacer con ellos", procuraron no hacerme daño.
La verdad es que pensando sobre mi vida pasada, en realidad, no recuerdo que nadie en concreto me rechazara, me humillara, se burlase de mí de forma suficientemente significativa como para provocar el dolor y la soledad que sentía. Este dolor era interno, generado por mí, algo dentro de mí lo generaba. Algo pasaba en mí que no me hacía estar bien, algo tan doloroso que acompañaba pensamientos negros, muy negros. Algo pasaba en mí, algo tan difícil de comprender y explicar que me impedía (y, me sigue impidiendo) "conectar" e "intimar" de forma profunda con los demás...
He sido excluída, si; pero siendo honesta, tengo que decir que, en realidad, era yo la que no sabía cómo incluirme y cuando los demás hacían intentos por acercarse yo no sabía qué hacer y me alejaba. En realidad, era yo misma quien se excluía, no por no querer incluirme, sino por no saber.
Era yo... algo pasaba en mí. No, no era algo que los demás me hicieran a mí.. Siempre lo tuve muy claro. Nunca culpabilicé a los demás. Incluso, algunos han intentado ayudarme, pero yo no he sabido recoger esa ayuda. Todavía recuerdo cuando venían a buscarme a jugar a casa y yo les rechazaba. Naturalmente, acabaron cansándose de mis negativas y me dejaron olvidada... en realidad, yo misma hice que se olvidaran de mí.
Algo pasa en mí: algún circuito en mi cerebro está estropeado o algún interruptor está apagado o desconectado, no se... Algo en mi cerebro me impide relacionarme de forma fluida con los demás...
Mi "interruptor social" no funcionaba, y sigue sin funcionar bien. Nadie tiene la culpa de ello: ni yo, ni los demás y resulta tedioso buscar responsables. Es algo absurdo y poco constructivo, pues no lleva a nada. Lo más importante es que ya no me culpo a mí misma.
Ahora sé que algún "interruptor social" está algo escacharrado en mí; así que procuro buscar otras vías, encender otros interruptores alternativos y, con este propósito, estoy investigando, probando nuevos caminos. Ahora ya no me siento culpable. Sé que mi forma de relacionarme no es la convencional y sé que tampoco puedo imponerla a los demás. Creo que se trata de llegar a pactos y consensos equilibrados... En eso estoy.
No negaré que, de vez en cuando, me produce tristeza pensar en mi triste pasado, pero esa pena ya no es dolor, sino una especie de melancolía...
Todavía me quedan ganas de llorar,
de llorarte.
Recuerdos de tierra mojada
... de charcos pisoteados
... de rincones escondidos.
.. de escaleras infinitas.
.. de muñecas guardadas, sin estrenar.
Mucha fuerza, somos maravillosos tal y como somos. No tenemos porqué compararnos con los demás. Sea muy feliz y no se sienta culpable por ser quien es, una gran persona.
ResponderEliminarGracias, Manuel... somos maravillosos a veces y otras un poco "demonios" ;-) ...me imagino que como todo el mundo¡¡¡¡ saludos y gracias por seguir las entradas del blog
EliminarHola. Gracias de corazón por todo lo que cuentas.
ResponderEliminarMe identifico con muchísimo de lo que cuentas. A mí lo que me ocurre es que no tengo tan claro que la gente no vaya a hacerte daño. Hay gente manipuladora que si no consigue que tu actúes como espera, sí hacen daño. Quienes más daño, en mi caso, han causado, son los que componen el ámbito familiar. Creo que el ambiente puede determinar mucho cómo sentirte aún sabiendo que eres hipersensible. Sé conscientemente que he sido buena hija y sé que la actitud de mi madre ha sido dañina. Viví, y sigo viviendo, un ambiente rígido en el que no se acepta lo diferente. Era una niña buena, inocente, inteligente y muy preguntona. No irreverente sino inocente. Eso me suponía castigos, malas caras, silencios, y cosas más serias. Constantemente preguntaba el porqué de cosas y me mandaban callar. A su vez, mi hiperempatía hacía que me utilizasen. Mis cansancios eran ridiculizados. Mi necesidad de descansar o meterme en mi cuarto eran motivo de risas. Siempre he sido respetuosa, y hasta servil, por buscar la aceptación. Mi hipersensibilidad y tantas otras cosas "diferentes", la memoría excesiva, son motivo para catalogarme de excéntrica, quejica o mentirosa, tal vez obsesiva o neurótica.
No sé si te ocurre esto: a mí me cuesta muchísimo perdonar. No puedo olvidar muchas cosas que me ocurren, las buenas y las malas, como en una película. Lo recuerdo vívidamente y aún pasando mucho tiempo, alguien que me ha causado dolor, al verlo, recuerdo al detalle todo lo sucedido. Me es imposible perdonar. No es rencor, ahora lo sé. Me siento desprotegida, no tengo medios internos para digerir las acciones que me hicieron daño. Procuro distanciarme de quienes queriendo o sin querer, son dañinos. Huyo de todas esas personas que hieren y olvidan, yo me quedaré con la herida para siempre y solo sentirles cerca me producen miedo. Con la familia, me compensa tener mínima relación. No puedo con sus teje manejes, manipulaciones, críticas a espaldas unos de otros... Soy incapaz de hacer como si nada, sabiendo como se catalogan unos a otros y hacen como si nada. Se critican, despellejan y luego se juntan y se "abrazan". Yo me quedo perpleja. No soy capaz de todo eso. Soy fiel, leal y entregada hasta que me siento " en peligro" o "traicionada". Así sucede con casi todo el mundo que me rodea... pero yo soy incapaz. No me cabe más sufrimiento y el no entender "las reglas del juego social". Besos.
Disculpa el retraso en contestarte, no había visto tu comentario hasta ahora.
EliminarTe comprendo muy bien y si: a veces, la familia no ayuda en el proceso de comprensión. Es una pena que esto suceda, pero no te sientas culpable. Piensa, únicamente, que no tienen la capacidad para ponerse en tu lugar.
En cuanto a perdonar... totalmente... yo tampoco puedo perdonar y si alguien me decepciona ya no puedo fingir que es alguien significativo para mí. Soy correcta, pero hasta ahí. No consigo trivializar...
En lo que necesites y yo pueda.... un saludo virtual afectuoso...