jueves, 11 de julio de 2019

Se que no voy a poder socializar de la forma "convencional"



Quedamos con amigos, bueno... más bien él -mi marido- queda con ellos. Se decide -deciden- ir a pasar la mañana y comer juntos en un ambiente tranquilo en el campo. A mí me lo comunica con varios días de antelación y accedo. Hasta ahí bien.

El problema llega cuando se acerca el momento. Pasa un día, pasa otro y ya casi no queda nada. La salida es mañana por la mañana... Entonces es cuando mi cerebro empieza a ponerse en alerta, a despertar: ¡¡¡ooohhh, mañana toca socializar!!.. y es cuando cuento el tiempo que tendré que socializar e intentar estar en "alerta social": una hora y media en el trayecto de ida hasta que lleguemos al lugar. Al llegar al lugar... ¡¡¡ooohhh¡¡¡¡... no se cuanto tiempo estaremos... nadie me ha especificado. Haciendo cálculos, me hago a la idea de que pueden ser unas 6 horas como mínimo y luego... la hora y media del trayecto de vuelta a casa...

¡¡¡oh, oh!!!

En ese momento mi mente se empieza a colapsar invadiéndome un estado de tensión, convirtiéndose en irritación. Mi mente genera una estrategia para sobrevivir. 

Y es cuando, en la noche de antes, le digo a mi marido que si no le importa que vaya él. Él me mira y me contesta que entonces "no vamos", que "si yo no voy él tampoco". Esto, ¡¡naturalmente!!! me hace sentir culpable y le digo -con deje de resignación- "bueno, vamos, lo haré por tí", a lo que él me replica: "no quiero que lo hagas por mí"... así, que al final, la noche de antes, él llama a su amigo para anular el encuentro. 

Esto ha pasado muchísimas veces. A medida que se va acercando el encuentro social me voy colapsando, irritando y los enfados han llegado a ser tremendos. 

¿Por qué mi cerebro se resiste a algo tan banal como un encuentro social con gente bonita que me aprecia?

Haciendo introspección y pensando en lo que me pasa podría decir que cuando se acerca el momento mi cerebro activa la memoria de las experiencias sociales vividas y... vuelve a recordar la sensación de incomodidad, de bloqueo que me generan. He hablado mucho en otras entradas del blog sobre lo que me pasa en los encuentros sociales: puedo simular ciertas conversaciones iniciales, aquellas en las que tengo algunos guiones aprendidos, pues mi cerebro no es capaz de improvisar, de generar nuevos guiones, de llevar conversaciones espontáneas. Después del "hola, cómo estás" ya no se me ocurre que más decir. Entonces, me voy quedando aletargada en el rincón. Yo simulo una sonrisa en mi cara, pero en realidad, estoy bloqueada. Si en esos momentos miraseis mis manos veríais que me estoy autolesionando de forma sutil. Es cuando mi dedo pulgar empieza a machacar a mi dedo índice sin compasión, pero de forma tan sutil que nadie se percata. Ya tengo una duricia. 

Mi mente vuelve a experimentar esa sensación de tensión, de ahogo, de asfixia... es así: es una sensación de asfixia. Es como estar ahogándose y haces esfuerzos por salir a flote. Así es mi día a día cuando tengo que enfrentarme a situaciones sociales convencionales, incluso con personas que me aprecian y yo les aprecio. Aquellas en las que sobrepasan mi límite para socializar con cierto éxito, que podría decirse que son unas 2 horas como máximo. 

Todo esto me hace sentir mal porque condiciona a la gente que tengo al lado, a mi marido que él si necesita socializar. Me siento culpable por no poder ser social, por no poder hacer que él pueda tener más encuentros sociales por mi culpa. 

Ayer, hablamos sobre ello porque había vuelto a quedar con sus amigos. El me volvió a decir que solo iríamos si a mi me apetecía. Entonces, decidí contarle lo que me pasaba, cómo me sentía. Él me comentó que ya se había dado cuenta, que cuando se acerca el momento de reunirnos con gente empiezo a ponerme huraña, irritable y que -sin intención- empiezo a provocar un enfado. Recordar que este enfado -desde mi perspectiva- es una forma de auto-conservación, de supervivencia para evitar la sensación de ahogo social. 

Él a continuación me comenta: "he observado que te cuesta salir, pero que luego cuando estamos con ellos lo pasas bien". Es cuando decidí decirle la verdad: "no, no lo paso bien. Simulo pasarlo bien, pero en realidad estoy contando el tiempo que falta para que termine". No se si entendió de verdad el esfuerzo que tengo que hacer por "simular". Ahora le llaman "camuflaje". Parece ser que camuflo mejor de lo que pensaba "si me lo propongo", pero tengo que tener la mente muy tranquila y estar muy concienciada para ser una buena actriz. 

Le dije la verdad: se que nunca voy a poder socializar de la forma convencional. Ya tengo más de cincuenta años y se que no va a ocurrir. Mi mente es diferente y no puede improvisar, no puede disfrutar de esos encuentro sociales "simples" que para mi son "complejísimos". Para mí un encuentro social, de esos para "hablar por hablar" y "pasarlo bien" es como metafísica, como matemática avanzada, es como física cuántica.... no entiendo, no puedo seguir el hilo social. Me pierdo. 

¿Cómo algo tan simple para los otros es tan complejo para mí?

Puedo relacionarme de forma ocasional, a "trocitos" y solo lo puedo hacer por momentos cortos. ¿Y disfrutar.?.. lo que se dice disfrutar solo lo hago cuando se tratan mis temas de interés... SOLO.

Se que va a ser a sí toda la vida. 

Al final le dije que entendía que el mundo no podía girar sobre mí, que yo entendía que él tenía que salir con gente y que yo iría por él, no por mí... en el buen sentido, no a modo de reproche. Salir con gente para mí es un agobio, pero que sería el regalo que yo haría por él. Yo no lo disfruto, pero podría disfrutarlo si salir con gente tuviera un sentido para mi y "hacerlo por él" sería el sentido que podría darle a socializar de la forma convencional. 

"No es por mí, es por tí"

Así yo me sentiré bien. Si te veo disfrutar estaré bien. 

Sigo pensando que "esto" -tal como lo siento yo- no es una "mera condición". Yo lo siento como una "Discapacidad Social" que -en mi caso- es compensada por la gente maravillosa que tengo al lado.  Por otro lado, en mi caso, solo siento tener una discapacidad social que no me limita a nivel intelectual ni profesional y, tal vez, gracias a eso he ido pudiendo compensar mis deficiencias con mis potencialidades y conseguir cierta adaptación. 

Yo no me he adaptado al sistema... 
He adaptado el sistema a mí. Así he podido sobrevivir.


1 comentario:

  1. Hola. Estoy plenamente de acuerdo con el facto de que para unos puede ser apenas una simples condicion....para otros si es una discapacidad. El espectro es eso mismo. Las dificultades están presentes en diferentes grados en las diferentes personas con Asperger y gera sofrimiento.

    ResponderEliminar